LA IMPORTANCIA DE LA FORMACIÓN DEL DOCENTE EN EL SIGLO XXI
La formación del docente en el siglo XXI es un reto producto de la volatilidad de los nuevos desafíos y desarrollos que
se experimentan en el mundo científico tecnológico. Es por eso que la capacitación
de nuevos saberes y la adaptación a la tecnología es una forma estratégica que
el docente de estos tiempos debe asumir como herramienta fundamental para absorver
los cambios y transformaciones que se experimenta en el área educativa.
La tarea del profesor es tan compleja
que exige el dominio de unas estrategias pedagógicas que faciliten su actuación
didáctica. Por eso, el proceso de aprender a enseñar es necesario para
comprender mejor la enseñanza y para disfrutar de ella.
Es importante que los docentes que trabajan en
las instituciones educativas en el siglo XXI realicen una juiciosa reflexión
acerca de si sus capacidades pueden o no responder a las expectativas de las
demandas de un sector heterogéneo y crítico que requiere de respuestas para
describir y explicar la complejidad de esta nueva sociedad donde lo constante
es el cambio.
Ante esta nueva realidad se hace necesario una
nueva reconfiguración del rol del docente, su nueva contextualización debe
emerger de una nueva visión filosófica y a su vez debe estar articulado al
progreso de los estudiantes.
El docente universitario para el siglo XXI, como
subraya el profesor colombiano Álvaro Recio, será un pedagogo-investigador con
una honda formación humana y social, de modo que se convierta en agente de
cambio de él mismo, de sus alumnos y de la comunidad donde la enseñanza se
orientará, también, a que el alumno aprenda a trabajar, a investigar, a
inventar, a crear y a no seguir memorizando teorías y hechos.
Esta situación implica retos para el educador,
primero que todo, el tener que encontrarse consigo mismo, y la necesidad de
poseer herramientas teóricas, conceptuales y metodológicas que le permitan
conocer a profundidad el medio y a sus educandos. Debe además, dominar el campo
del conocimiento específico para ejecutar su profesión como educador y tener
elementos que le permitan profundizarlos, aplicarlos y estar en permanente
actualización.
El cambio de los métodos docentes es una
exigencia impuesta por la naturaleza misma del conocimiento contemporáneo, cuyo
crecimiento exponencial, multidisciplinariedad e internacionalización, es
concomitante de su rápida obsolescencia.
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